Cómo dejar de sentir lástima por ti mismo: 12 consejos altamente efectivos

mujer tímida y de aspecto triste, en blanco y negro, para ilustrar el sentimiento de lástima por uno mismo

La autocompasión es una de las formas más poderosas de minar tu felicidad y tu progreso en la vida.

Habrá momentos en los que las cosas no salgan bien o como las habías planeado. A veces te estallarán en la cara o te harán un daño que no esperabas: las relaciones se acaban, los trabajos se terminan, las amistades se desmoronan.

Todas estas cosas son una parte normal y esperada de la vida.

Aprender a sobrevivir y superarlas no es tan normal. De hecho, muchas personas manejan mal estos acontecimientos debido a su inversión emocional en el resultado.

Verás, duele. Duele mucho perder un trabajo que te gustaba, una persona a la que valoras o tener un cambio drástico en las circunstancias de la vida. Es doloroso ser rechazado.

Pero la autocompasión no hace nada para mejorar estas situaciones. De hecho, es desperdiciar una valiosa energía emocional y mental, como tirar el dinero a una hoguera. Seguro que mantiene el fuego encendido, pero ¿con qué propósito y a qué precio?

Así que, con esto en mente, ¿cómo dejar de sentir lástima por ti mismo?

1. Date un tiempo adecuado para hacer el duelo.

Perder cosas en la vida es doloroso. Está bien sentirse herido, enfadado y triste por la situación. Eso es saludable.

Lo que no es sano es pensar y rumiar la situación durante más tiempo del necesario.

Por supuesto, date un tiempo para sentir tus emociones, pero no construyas una casa y vivas allí. No pases toda tu existencia despierto rumiando las emociones negativas.

Si descubres que esas emociones se entrometen, tienes que ser tú quien decida que no vas a dejar que eso ocurra, tomar el control de esas emociones y trasladarlas a otro lugar.

2. Adopta una actitud de gratitud.

Es bastante difícil sentir autocompasión y gratitud al mismo tiempo, y puedes usar esto a tu favor.

Puedes mirar una situación y encontrar gratitud por las cosas que han sucedido dentro de su contexto.

Por ejemplo, si pierdes un trabajo, puede que hayas hecho algunos amigos para toda la vida allí. Puedes agradecer haber tenido ese trabajo por la experiencia que te dio y por los amigos que ganaste durante tu tiempo allí.

También puedes buscar la gratitud en otras áreas de tu vida para dejar de sentirte tan apenado. Por ejemplo, has perdido un trabajo, pero tu salud está bien y todos los miembros de tu familia están bien.

Pero escucha, a veces no hay un resquicio de esperanza en la tragedia. Eso también está bien. No tienes que estar agradecido o buscar un resquicio de esperanza en algo absolutamente horrible. Eso es positividad tóxica, y tampoco es saludable.

3. Controla y cambia tus percepciones emocionales.

Las emociones que sentimos a menudo influyen en la forma en que percibimos un acontecimiento. Es más probable que percibas un acontecimiento neutro -o incluso un acontecimiento positivo- de forma negativa si te sientes negativo.

Sin embargo, sería inusual percibir un acontecimiento negativo como positivo mientras te sientes positivo. A veces, los acontecimientos negativos son exactamente eso: negativos.

Te puede interesar:  Qué hacer si siento que soy una mala persona

Pero supongamos que puedes mantener una actitud positiva y optimista. En ese caso, puede suavizar el golpe de los acontecimientos que, de otro modo, podrían enviarte a una espiral de negatividad y autocompasión. Seguirás sintiéndolos, pero tendrán menos impacto negativo en tu mentalidad.

4. Canaliza esa energía hacia la búsqueda de soluciones.

El tiempo que pasas nadando en la autocompasión es tiempo que podrías haber dedicado a buscar una solución o a construir algo mejor.

No pierdas ese valioso tiempo en actividades infructuosas. Cuanto menos tiempo pierdas, mejor te irá. Sólo tienes 24 horas al día. Y una vez que se ha ido, se ha ido.

Así que, una vez que te hayas sentado con el problema y sus emociones relacionadas durante un rato, trata de averiguar qué podrías hacer para que el problema desaparezca o para aliviar la carga práctica y emocional que supone.

Incluso si lo único que puedes hacer ahora es algo pequeño, hazlo. Da un paso en dirección a una solución y te sentirás mucho mejor contigo mismo y con tu situación.

Buscar formas de influir positivamente en tu situación te devuelve la sensación de control que podías haber perdido cuando ocurrió lo que te estaba causando dolor.

Te sentirás capacitado para tomar la vida en tus manos y poner en marcha tus habilidades de resolución de problemas. Es difícil compadecerse de uno mismo cuando se tiene energía y poder para hacer algo para mejorar las circunstancias.

5. Rodéate de las personas adecuadas.

La miseria ama la compañía. A las personas miserables les encanta estar rodeadas de otras personas miserables porque así se echan encima su miseria y tienen un compañero con el que revolcarse.

La gente con la que pasas el tiempo tendrá un efecto drástico en la forma en que percibes y manejas tu vida.

Esdifícil mantenerse positivo o neutral cuando las personas que te rodean te lanzan una negatividad constante, desprecian tus logros o te dicen que te mereces lo que ha pasado.

Del mismo modo, cuando pasas tiempo con personas positivas que te apoyan y se preocupan por ti, es más fácil ver una forma de superar una situación complicada. No sólo te ofrecen posibles acciones que puedes llevar a cabo, sino que te dan el poder de llevarlas a cabo.

Limita tu tiempo con personas negativas mientras trabajas en tus problemas.

6. Mantén tus problemas fuera del ámbito social.

A la gente le encanta difundir sus problemas en las redes sociales y otros canales de Internet.

No lo hagas.

Lo que se consigue es que un grupo de personas que no conocen tu vida o tu situación comenten sobre ella.

No conocen toda la situación. No conocen los detalles que tú conoces. No saben qué es la verdad y qué no.

Y lo que puede ser peor es que nadie lo comente. Publicas algo que te ha parecido terrible. Nadie se molesta en comentarlo, lo que puede deberse a que el algoritmo de las redes sociales no muestra tu publicación o a que la gente la ignora de verdad.

Si necesitas hablar con alguien, asegúrate de que sea un amigo de confianza, un terapeuta o un entorno de apoyo.

No hagas públicos esos temas porque puedes acabar diciendo algo que no puedas retirar en un momento de vulnerabilidad emocional.

7. Sal y haz ejercicio.

La autocompasión está entrelazada con muchas otras emociones negativas y a veces con la depresión. Una de las mejores maneras de combatirla es salir y hacer ejercicio.

Te puede interesar:  Cómo compartimentar tus emociones y pensamientos

Esbien sabido que el ejercicio es una gran manera de combatir los sentimientos negativos y la depresión porque produce muchas otras sustancias químicas positivas y saludables en tu cuerpo.

Tu cuerpo necesita hacer ejercicio, estar al sol y moverse. Sentirse mal por uno mismo suele ser contraproducente para ello. Todos hemos querido meternos en la cama con unos bocadillos y Netflix para ignorar el mundo y sentirnos como una basura por un rato.

¿Y sabes qué? A veces eso está bien. Pero no todo el tiempo. ¡Sal y muévete!

8. Sustituye el lenguaje de la autocompasión por el amor propio.

«No soy lo suficientemente bueno».

«Siempre fracaso».

«Nadie me quiere».

Todas estas frases y más son el lenguaje de la autocompasión. Son el abono que alimenta la negatividad y permite que crezca dentro de ti.

Estas frases necesitan ser reemplazadas por mensajes de amor propio y afirmación. Que eres digno, que eres lo suficientemente bueno, que eres adorable, que vales la pena.

¿Pero qué pasa si te sientes indigno?

Entonces tienes que preguntarte, ¿por qué te sientes indigno? ¿Fue una semilla que alguien plantó en ti? ¿Fueron tus padres los que te trataron mal? ¿Fue una pareja anterior la que trató de derribarte?

¿De dónde proceden esos pensamientos y sentimientos? ¿Y por qué es válida esa opinión?

Las cosas no le salen bien a la gente con regularidad. Eso no los convierte en malas personas.

A veces las relaciones terminan porque simplemente están en dos páginas completamente diferentes. Tal vez tenían un alto grado de compatibilidad, pero querían cosas diferentes en la vida. Quizás no era tan buena persona como creías.

A veces se pierde el trabajo debido a la situación económica general. Tal vez tenías grandes logros y eras respetado en tu trabajo, pero una mala gestión hizo que dejara de ser comercialmente viable.

Los demás no deberían tener derecho a determinar tu valía. No están viviendo tu vida. Y lo más probable es que, si se toman el tiempo de criticarte, no sean las personas a las que quieres escuchar. Las personas emocionalmente sanas no dedican su tiempo a criticar a otras personas, especialmente a las que dicen amar.

No utilices las palabras de los demás como un arma contra ti mismo. Probablemente no merezca la pena escucharlas. Así que niégate a escucharlas, y niégate a sentir lástima por ti mismo en el proceso.

9. Haz algo por otra persona.

Cuando te compadeces de ti mismo, estás totalmente absorbido por tu situación o problema.

Puedes interrumpir esos pensamientos egocéntricos simplemente dirigiendo tu atención hacia otra persona.

Si puedes mantenerte a ti mismo y a tu mente ocupados realizando acciones altruistas, pronto te olvidarás de lo que sea que haya ido mal en tu vida.

Por supuesto, ayudar a otra persona es más que una mera distracción. Al estar al servicio de los demás, tu cerebro producirá sustancias químicas que te hacen sentir bien y te darán lo que se conoce como un «subidón del ayudante». En esencia, sentirás satisfacción y una leve euforia cuando hagas algo amable por otra persona (o animal, o la sociedad en general si quieres ayudar de esas maneras).

Este doble beneficio de la distracción y la respuesta biológica al dar debería ayudar a que tu mente se dirija a pensamientos más positivos.

Para que este enfoque sea eficaz, debes evitar martirizarte en nombre de la caridad. Si realmente no tienes tiempo para ayudar, espera a tenerlo. Arrastrarte a ti mismo no te servirá de nada.

10. Adopta una mentalidad flexible con respecto al cambio.

El cambio es la única gran constante en la vida. Pero la forma en que reaccionas al cambio puede influir en gran medida en cómo te sientes con respecto a ti mismo y a tu vida.

Te puede interesar:  15 consejos para encontrar un mejor espacio mental.

Si te sientes mal contigo mismo, lo más probable es que te resistas bastante al cambio. Te sientes ansioso o estresado cuando algo estable deja de serlo de repente.

Cuando te das cuenta de que no puedes frenar el cambio ni volver a como eran las cosas antes, te sientes deprimido. Y hasta cierto punto, eso es natural. La estabilidad en la vida quita cierta carga mental y hace que la vida sea un poco más fácil. Así que cuando las cosas cambian, está bien sentirse preocupado por lo que ese cambio puede significar para ti.

Dicho esto, con paciencia y trabajo, puedes cultivar una mentalidad más flexible y de aceptación cuando se trata de cambios. Puede que sigas sintiéndote algo aprensivo, pero también aprenderás a aguantar los golpes y a entender que el cambio no tiene por qué ser malo. Puede ser fácilmente algo bueno para ti.

11. Trabaja en tu «yo».

Esta es una estrategia a largo plazo para dejar de sentir lástima por ti mismo, pero es muy efectiva.

Verás, una persona que a menudo siente lástima por sí misma probablemente tendrá una mala opinión de quiénes son y de lo que merecen. Sienten una lástima prolongada por sí mismos y por su desgracia porque no se sienten merecedores de mejores resultados.

Se identifican como víctimas cuando les ocurren cosas malas porque tienen una baja autoestima. De hecho, utilizan esas cosas malas como prueba de que no se merecen algo mejor.

También sufren de baja autoestima, lo que significa que les cuesta ver una forma de arreglar o mejorar la situación.

Así que, para evitar hacer una fiesta de lástima en el futuro, debes hacer cosas que mejoren tu autoestima y tu confianza en ti mismo.

Esto también significará trabajar en tu autoestima porque necesitas gustarte a ti mismo para empezar a querer trabajar en el resto de ti.

Si tienes que identificarte como algo, que sea como «superviviente» y no como «víctima», porque esto da una visión más positiva de quién eres y de lo que eres capaz.

También debes practicar el autocuidado con regularidad porque te sentirás mucho mejor contigo mismo cuando estés descansado, relajado y hayas experimentado momentos de alegría, por muy fugaces que sean.

Ya hemos mencionado el ejercicio, pero tu dieta también es muy importante. Además, debes beber mucha agua y sacar un «tiempo para mí» regular en el que te olvides de tus problemas por un rato.

12. Hable con un terapeuta.

Varias de las sugerencias que hemos hecho hasta ahora pueden requerir que hables con un profesional de la salud mental formado y con experiencia.

Eso no quiere decir que no puedas trabajar en estas cosas por ti mismo con o sin la ayuda de la literatura de autoayuda. Pero podrás avanzar mucho más rápido y resolver más de tus problemas internos con la orientación de alguien capacitado para ayudar a personas como tú.

La terapia no es algo a lo que sólo se acude si se ha sufrido un trauma importante. De hecho, a la mayoría de las personas les vendría bien hablar con alguien con quien poder tratar los problemas específicos a los que se enfrentan.

Y si te sientes mal por ti mismo -y te sientes mal con regularidad-, sin duda eres alguien que podría sacar mucho provecho de la terapia.

Puede ser algo que se persiga a corto plazo para trabajar en este tema, o puede ser algo que se haga de forma regular para mejorar la calidad de sus pensamientos y de su vida a largo plazo.

Deja un comentario