Los buenos hábitos son la clave del éxito en la vida. Y la única manera de crear buenos hábitos y eliminar los malos es desarrollar tu autocontrol.
El autocontrol es una herramienta esencial para construir el tipo de vida que quieres, porque hacer un cambio significativo lleva tiempo.
El otro aspecto beneficioso del autocontrol es construir la paz en tu vida personal. Es difícil tener una vida pacífica y feliz cuando siempre estás metido en conflictos o reaccionando a circunstancias que no requieren una reacción.
Cuantas más emociones lances a cosas que no merecen tu tiempo y atención, menos energía emocional tendrás para ocuparte de las cosas más importantes y disfrutar de tu felicidad.
Al final de este artículo, tendrás algunas estrategias sencillas para desarrollar el autocontrol, tanto a corto como a largo plazo.
Aprender el autocontrol a corto plazo
Para ayudarte a entender lo que significa realmente el autocontrol a corto plazo, considera los siguientes ejemplos.
Ejemplo 1:
Vas conduciendo por la calle y otro conductor te corta el paso. Un destello de ira te invade. «¿Cómo ha podido ese imbécil cortarme el paso así? ¿No saben lo peligroso que es?».
Pisas el acelerador y tratas de ponerte a la altura de esa persona para poder hacerle un gesto y gritarle.
En ese arrebato de ira, no estás pensando con claridad…
No piensas en los niños que van atados en el asiento trasero del coche.
No estás pensando cuidadosamente en los conductores que podrían estar en tus puntos ciegos.
No estás pensando en las consecuencias si pierdes el control del vehículo mientras pisas el acelerador para intentar alcanzar a ese imbécil.
La falta de autocontrol en ese momento puede acabar muy mal para todos los implicados.
Lo mejor es, por supuesto, no hacer nada más que seguir conduciendo con seguridad y sensatez.
Ejemplo 2:
Puede que haya alguien en el trabajo que ponga a prueba tu paciencia.
El trabajo está bastante bien, pero tu jefe es insufrible. Es el tipo de persona que embellece todas sus historias, incluyendo la cantidad de trabajo de la que fue responsable en un proyecto en el que trabajaste duro.
Cada vez que oyes hablar a tu jefe, quieres reprocharle su comportamiento, pero eres plenamente consciente de que eso no va a acabar bien para ti. Al fin y al cabo, el jefe es alguien que los altos cargos consideran un trabajador de calidad.
Podrías actuar siguiendo el impulso de hacer un comentario pasivo-agresivo o de devolver el empujón con rabia, pero lo único que conseguirás es que te sancionen por insubordinación.
El mejor enfoque puede ser presentar una queja formal y esperar que llegue a alguna parte, o tal vez sea sólo para preservar el ambiente de trabajo general y no ser despedido hasta que puedas encontrar otro trabajo.
Estos son sólo dos pequeños escenarios en los que el autocontrol juega un papel importante para preservar tu bienestar.
La impulsividad es casi siempre algo malo porque no te has tomado el tiempo de considerar si estás tomando la decisión correcta o, al menos, una decisión en la que puedes vivir con las consecuencias.
Todo el mundo quiere defenderse del jefe a veces, pero la forma de hacerlo es la diferencia entre conseguir que se escuche tu queja y esperar que puedas encontrar otro trabajo antes de que se acaben tus ahorros.
¿Cómo puedes aprender a autocontrolarte en situaciones como ésta?
Una estrategia sencilla para el autocontrol a corto plazo: La «pausa
Tu cerebro emite continuamente respuestas emocionales a las situaciones que vives cada día.
La clave para desarrollar tu autocontrol a corto plazo es entender que sólo porque sientas algo, no significa que sea correcto o que tengas que actuar en consecuencia.
De ahí viene el viejo consejo de «contar hasta diez» antes de actuar ante la ira. Contar hasta diez antes de actuar hace que transcurra algún tiempo entre el punto de ira y la acción que decidas emprender.
¿Es razonable el enfado cuando otra persona conduce de forma insegura y le pone en peligro? Sí.
¿Es razonable actuar de una manera igualmente insegura con las anteojeras de la ira puestas para desahogarse con esa persona? No. No lo es. No ayuda ni arregla nada. No va a hacer ningún cambio significativo con el otro conductor. Lo único que hace tu ira en esa situación es ponerte a ti y a la gente que te rodea en un peligro adicional.
¿Es razonable el enfado cuando tu jefe te maltrata o se lleva el mérito de tu trabajo? Claro que sí.
¿Es razonable arremeter con ese enfado contra tu jefe? Bueno, dependiendo de lo malo que sea el jefe, puede serlo. Pero luego están las consecuencias de arremeter con esa ira. Saldrás de esa situación con la reputación de alguien poco profesional, volátil, y probablemente con una acción disciplinaria en la que tu empleador está empezando a construir el rastro de papel para despedirte.
Cuando sientas que tu ira o cualquier emoción fuerte trata de apoderarse de ti, simplemente haz una pausa, respira profundamente durante cuatro segundos, mantén la respiración durante cuatro segundos, exhala durante cuatro segundos y repite hasta que el destello de ira pase.
No digas nada, no hagas nada en respuesta a la ira. Encuentra tu equilibrio.
Cuanto más practiques este tipo de conexión a tierra y centrado de tus emociones, más fácil te resultará.
Nota del escritor: Como persona con una enfermedad mental que tuvo problemas de ira durante mucho tiempo, entiendo que esto probablemente suene a mentira. Pero realmente funciona si lo conviertes en una parte consistente de tu vida. La presencia de ánimo y el hábito de no responder inmediatamente a mi ira me dieron mucha más paz y felicidad porque evitaba los conflictos que se producían. Todavía me enfadaba, pero se disipaba más rápido porque evitaba que la ira se alimentara con el conflicto. Con el tiempo, empecé a tener respuestas emocionales menos severas, lo que me dio mucho más autocontrol sobre mis elecciones y acciones. Sólo quería compartir esto porque me pasé años diciéndome a mí mismo que era mentira. No lo es. Tu experiencia personal variará.
Aprender el autocontrol a largo plazo
Lo interesante de desarrollar el autocontrol a largo plazo es que no es algo para lo que estemos programados de forma natural.
Un estudio sobre la mejora del autocontrol sugiere que las personas que intentan regularmente desarrollar el autocontrol a largo plazo generalmente no pueden hacerlo.
Esto es esclarecedor si se tiene en cuenta la cantidad de culpa y agitación que experimentan las personas que intentan hacer cambios a largo plazo en su camino.
En cambio, construir el autocontrol a largo plazo a menudo implica practicar el autocontrol a corto plazo.
La primera forma es limitar la tentación y el acceso a las cosas con las que luchas.
Después de todo, no puedes ser tentado si la fuente de la tentación no está a tu alcance. Al eliminar la tentación, puedes utilizar mejor tu autocontrol a corto plazo para tomar decisiones más saludables y mejores.
No puedes picar por aburrimiento si no hay bocadillos en casa. Para hacerlo, tendrías que decidir vestirte, coger tus cosas para salir, conducir hasta la tienda, comprar lo que quieres, comprar los artículos y conducir todo de vuelta a casa.
Cualquiera de esas etapas en el proceso de adquisición de los bocadillos desviados es una oportunidad para que decidas: «No. No voy a picar».
La segunda forma de desarrollar el autocontrol a largo plazo es centrarse en tus victorias.
A medida que tomes buenas decisiones, querrás hacer un seguimiento de los progresos que hagas escribiéndolos en papel o electrónicamente.
Quizás hayas tomado malas decisiones en el pasado. No pasa nada. Todos las tomamos. Al tomar estas mejores decisiones en el presente, cuando eliges ceñirte al plan, estás creando una hoja de ruta de tu viaje hacia el éxito.
Al anotar tus momentos de autocontrol, puedes mirar atrás a todos esos puntos individuales en los que tomaste la decisión correcta y te mantuviste en tu plan.
Esa es la esencia de la disciplina.
La disciplina es la base sobre la que se construyen los buenos hábitos y la herramienta que se utiliza para desmantelar los malos hábitos.
La disciplina ayuda a controlar la alimentación, a ponerse en forma, a entrenar para un nuevo trabajo, a entrenar para una media maratón o a hacer lo que sea que quieras hacer.
La disciplina se basa en esos momentos de autocontrol a corto plazo en los que tienes un momento presente en tu vida para tomar la decisión correcta.
PERO! Porque siempre hay un pero…
Habrá momentos en los que no tomarás la decisión correcta. Tomarás la decisión equivocada. Y eso está totalmente bien. Nadie es 100% perfecto.
Y la buena noticia es que no tienes que ser 100% perfecto para lograr tus objetivos. Cuantas más veces tomes las decisiones correctas, más cerca estarás de tu objetivo.
Así que no seas demasiado duro contigo mismo si resbalas una o dos veces. Después de resbalar, decide volver al camino correcto y tomar más decisiones acertadas.
La combinación de estos dos enfoques funciona porque el autocontrol es como un músculo: cuando lo usas, se debilita a corto plazo, pero se fortalece a largo plazo.
Eliminar las tentaciones te permite evitar el uso de mucho autocontrol, lo que significa que conservas el poco que tienes para momentos posteriores en los que lo necesites.
Registrar tus victorias te ayuda a reconocer tu capacidad para actuar de la manera que deseas. Esto te da más fuerza cuando te enfrentes a situaciones similares en el futuro.
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– Última actualización: 19 de marzo de
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