Cómo perder el control: ¡8 consejos sin sentido!

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Hable con un terapeuta acreditado y con experiencia para que le ayude a soltar su necesidad de control.

La necesidad de control se basa a menudo en el miedo a lo desconocido. Después de todo, seguramente podemos planear que cada pequeña cosa vaya mal para estar preparados cuando inevitablemente lo haga.

¿Pero qué pasa si las cosas no van mal? ¿Y si te encuentras en un camino hacia el éxito que nunca habrías imaginado?

El control sirve de poco. Es un proceso de sesgo de confirmación. Es decir, pensamos que tenemos el control cuando uno de los planes que hicimos llega a buen puerto tal y como lo planeamos. Lo hemos considerado, lo hemos planeado y todo ha salido como estaba previsto.

¿Qué pasa con todas las veces que las cosas no salieron como las habíamos planeado? ¿Qué importancia le damos a esos planes que salieron mal por cualquier motivo? A veces salen mal por lo que hiciste o dejaste de hacer. Otras veces se debe a circunstancias que están fuera de tu control.

Abandonar el control no significa dejar de planificar o dejar de intentar hacer cosas. Por el contrario, soltar el control consiste en liberar el miedo y la ansiedad que nos hace aferrarnos a lo que creemos que sabemos.

Es saber que eres lo suficientemente competente como para aguantar los golpes que la vida te depare, independientemente de cómo vaya el plan.

Dejar de lado el control es más fácil de decir que de hacer, como casi todo. Pero es algo en lo que puedes trabajar regularmente para ayudar a aliviar tu ansiedad y tus temores sobre el futuro.

¿Cómo puedes hacerlo?

1. Considera los planes pasados que no funcionaron como esperabas.

Uno de los muchos problemas del control es tratar de forzar la vida en una perspectiva estrecha. El controlador trata de hacer que una cosa concreta ocurra de la manera que conoce, entiende y espera.

¿Pero qué pasa con lo que no se sabe?

Hay muchas maneras de tener éxito y de fracasar en la vida. Las circunstancias externas pueden destrozar un plan bien trazado antes de que tenga la oportunidad de ponerse en marcha. Y el éxito puede llegar de forma igualmente inesperada por una vía que no podías prever.

Es una buena práctica tener en cuenta los planes pasados que no funcionaron como estaba previsto. Considere cómo tuvieron éxito o fracasaron. ¿Cómo les afectaron las circunstancias ajenas a tu control? ¿Cómo pudiste recuperarte? ¿Pudiste recuperarte? ¿Qué podría haber hecho de forma diferente?

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Es probable que veas que las cosas salieron bien, de una manera u otra. Puede que no hayan salido bien. Puede que no haya sido lo que querías. Pero, por desgracia, así es la vida. Esa falta de certeza es algo que tenemos que aceptar y amar.

2. Considera las veces que has tenido que recuperarte cuando tus planes no han funcionado.

La necesidad de control puede venir a veces de un lugar de baja autoestima. Algunas personas se aferran a la necesidad de control porque sienten que las cosas tienen que salir perfectamente, tal como las imaginaron, y que no podrán recuperarse si no lo hacen. Quieren ese control para tener la seguridad de que son lo suficientemente buenos.

Abordar este tipo de miedo puede requerir un trabajo más intensivo con un terapeuta porque puede provenir de un abuso doméstico o infantil. Aun así, puedes intentar avanzar un poco contra él fijándote en las veces que has necesitado recuperarte de un contratiempo.

La clave es centrarse específicamente en la recuperación. Recuérdate a ti mismo que eres una persona capaz de afrontar sus problemas, encontrar nuevas soluciones y crear nuevos caminos. No necesitas aferrarte al control porque puedes rodar con los golpes que la vida te lanzará.

3. Practica la atención plena. Céntrate en el ahora.

La atención plena es una poderosa herramienta para desactivar la necesidad de control. La necesidad de control tiene su origen en la ansiedad por el futuro, es decir, en cómo te afectarán tus planes, esperanzas o lo inesperado.

El problema con ese método de pensamiento es que hace un flaco favor tanto al presente como al futuro.

Todo lo que tenemos es el presente. El ayer se ha ido, y el mañana nunca llega porque el mañana se convierte en el hoy.

Lo único que puedes hacer es controlar tus acciones ahora mismo, en este mismo momento. Esto se aplica a tratar de mantener el control en una vida incierta o a hacer planes para el futuro. Entonces, ¿qué puedes hacer para aprovechar al máximo este momento presente?

Cuando veas que tu mente intenta huir de ti, vuelve a centrarte en el presente. ¿Qué puedes hacer ahora mismo?

4. Acepta la incertidumbre. Adopta la flexibilidad como parte de tu estilo de vida.

La incertidumbre es una parte importante de la vida. Aprender a aceptarla te ayudará a dejar de lado tu necesidad de control y a fomentar tu propio crecimiento personal. El crecimiento personal rara vez es seguro o cómodo. La comodidad no empuja a las personas a ser mejores o más de lo que son. Es cómodo. Es un lugar en el que queremos quedarnos porque la cama es suave, la manta es acogedora y todas tus cosas están ahí.

¿Puedes incorporar algo de incertidumbre e incomodidad a tu vida? Haz cosas que te asusten y te emocionen a la vez. (Con responsabilidad, por supuesto.) ¿Hay alguna actividad que realmente quieras probar pero que hayas pospuesto porque te da miedo? Ése es un buen punto de partida, porque te verás forzado a una situación que no puedes controlar. Quizá estés en manos de un profesional. Tal vez sólo estés en un viaje incierto con un instructor.

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Sea lo que sea, lo que hay que tener en cuenta es que no tendrás ese control que normalmente esperarías. Eso es algo bueno para poder superar cómodamente tus límites.

5. Identifica y vence los miedos que te mantienen atado.

¿Qué miedos te mantienen aferrado a tu necesidad de control? ¿Son algo que hay que abordar y trabajar?

Considera un ejemplo ficticio de una persona con una infancia inestable. Beth creció en un hogar monoparental en el que su madre tenía dos trabajos para llegar a fin de mes. No veía a su padre con demasiada frecuencia y su madre tenía un elenco rotativo de novios que entraban y salían de su vida. Beth tenía que mudarse mucho porque la capacidad de su madre para proporcionar una situación de vida estable no era la mejor, por lo que nunca pudo estar cómoda ni sentirse realmente segura.

¿Qué traería Beth a la edad adulta de vivir ese tipo de vida? Podría tener miedo de perder su lugar de residencia. Podría tener dificultades para relacionarse por haber visto cómo interactuaban su madre y sus novios. Beth puede aferrarse a una necesidad de control para mantenerse alejada de ese tipo de pasado doloroso.

Abordar esos miedos y el daño que Beth sufrió a causa de esa situación no es algo que pueda hacerse fácilmente a través de la autoayuda. En cambio, es probable que tenga que visitar a un terapeuta y trabajar ese trauma y esos miedos para dejar de lado su necesidad de control.

6. Utilice afirmaciones para recordarse a sí mismo que todo estará bien.

Las afirmaciones son una herramienta poderosa para mantener su mente en un espacio mental más saludable. Deben ser un recordatorio regular para ayudar a reforzar las partes más vulnerables de lo que eres. Y pueden ayudarte a sustituir el discurso negativo que acompaña a la necesidad de control.

«No necesito tener el control. Puedo hacer frente a lo que la vida me depara».

«Puedo dejar pasar las cosas. Soy lo suficientemente fuerte como para adaptarme, ajustarme o pedir ayuda si no estoy seguro».

Utiliza este tipo de afirmaciones para deshacerte de los pensamientos negativos y de la ansiedad que conlleva dejar de lado el control. Céntrate en las afirmaciones y en las emociones que las acompañan en lugar del miedo o la ansiedad por la falta de control. Este tipo de actividad te ayudará a sustituir esas emociones negativas por algo más positivo.

Es un proyecto a largo plazo pero puede ayudar mucho si te mantienes en él.

7. Preocúpate menos por lo que hacen los demás.

Algunas personas tienen una relación adversa con los demás. Pasan su tiempo preocupándose excesivamente por lo que hacen los demás porque temen que les afecte a ellos. Por ejemplo, pueden estar preocupados por si les hacen daño o se aprovechan de ellos.

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Pero, aquí está la cosa. La mayoría de las personas no son malvadas ni quieren aprovecharse de nadie. Simplemente se mueven por sus vidas de una manera que tiene sentido para ellos. Claro que hay personas con intenciones maliciosas que quieren hacer daño a los demás, pero es una cantidad muy pequeña de personas.

En lugar de centrarte en lo que podría ser, céntrate en lo que es. Busca las diferencias entre las acciones deliberadas y maliciosas y las personas que simplemente no saben lo que hacen. Ese tipo de perspectiva hace que sea mucho más fácil lidiar con los problemas que otras personas causarán en tu vida. También hace que sea mucho más fácil perdonar cuando ves que otras personas son tan defectuosas como tú, sólo hacen lo que pueden para pasar por esta vida.

8. ¿Es que te preocupa?

Este mundo es un lugar vasto y diverso. Suceden tantas cosas que puede ser muy fácil atarse a todos los problemas que existen. Pero no puedes pasar tu vida y tu tiempo preocupándote constantemente por todo lo que ocurre. Así que, en algún momento, tienes que reconocer que algunas cosas no son tuyas.

Puedes ser comprensivo o empático, pero no puedes controlar lo que hacen los demás. Harán lo que harán, y eso es todo lo que hay que hacer. Como mucho, puedes influir en sus acciones, e incluso eso puede ser cuestionable a veces.

Pregúntate: ¿es realmente mi problema? ¿Es algo a lo que puedo contribuir de forma significativa? ¿O está completamente fuera de mi alcance? Céntrate en las cosas que realmente puedes controlar, como tus propios pensamientos y acciones.

¿Todavía no estás seguro de cómo renunciar a tu control? Hablar con alguien puede ayudarte a manejar lo que la vida te depare. Es una forma estupenda de sacarse de la cabeza los pensamientos y las preocupaciones para poder resolverlos.

Te recomendamos que hables con un terapeuta antes que con un amigo o un familiar. ¿Por qué? Porque están capacitados para ayudar a personas en situaciones como la tuya. Pueden ayudarte a identificar dónde puedes y dónde no puedes ejercer tu influencia personal sobre una situación, de modo que puedas actuar cuando sea necesario, pero soltar el control cuando sea la única opción viable.

Un buen lugar para obtener ayuda profesional es el sitio web BetterHelp.com: aquí podrás conectar con un terapeuta por teléfono, vídeo o mensaje instantáneo.

Aunque intentes resolverlo por ti mismo, es posible que el problema sea mayor de lo que la autoayuda puede resolver. Y si está afectando a tu bienestar mental, a tus relaciones o a tu vida en general, es algo importante que hay que resolver.

Demasiadas personas intentan salir del paso y hacer todo lo posible para superar problemas que nunca llegan a resolver. Si es posible en sus circunstancias, la terapia es 100% el mejor camino a seguir.

Haga clic aquí si quiere saber más sobre el servicio que ofrece BetterHelp.com y el proceso para empezar.

Ya has dado el primer paso sólo con buscar y leer este artículo. Lo peor que puede hacer en este momento es no hacer nada. Lo mejor es hablar con un terapeuta. Lo siguiente mejor es poner en práctica todo lo que has aprendido en este artículo por ti mismo. La elección es tuya.

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