Cómo ser honesto con uno mismo: 8 consejos sin tonterías

mujer pelirroja y con los labios pintados de rojo sobre un fondo nevado

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¿Por qué es tan difícil ser verdaderamente honesto con uno mismo?

Muchos de nosotros pasamos nuestro tiempo desilusionados con lo que sentimos, lo que pensamos y lo que queremos de la vida.

A veces es porque no sabemos lo que queremos. Otras veces sí sabemos lo que queremos, pero tenemos demasiado miedo de admitirlo o sentimos que no lo merecemos.

Quizás simplemente no queremos aceptar la realidad porque la verdad es desagradable. Y a menudo, la verdad es desagradable. La verdad puede ser francamente fea y dolorosa, sobre todo si has pasado mucho tiempo mintiéndote a ti mismo sobre cosas grandes y pequeñas.

Pero, ¿por qué es tan importante la sinceridad con uno mismo? ¿Por qué no puedes dejar de lado tus propios recelos, ignorar la verdad y encarnar el dicho «La ignorancia es una bendición»?

La respuesta es que tienes que vivir contigo mismo 24 horas al día, 7 días a la semana, durante el resto de tu vida. Y si no puedes confiar en ti mismo porque no estás en sintonía con tu verdad, acabarás haciéndote desgraciado.

Tienes que ser honesto contigo mismo para averiguar lo que quieres de la vida y así poder esforzarte en construirlo. ¿Cómo puedes hacerlo si te niegas a admitir que eres infeliz? ¿O si no actúas en sintonía con lo que te dice tu alma?

No puedes. Es así de sencillo.

La solución es trabajar en la habilidad de la auto-honestidad, porque es una habilidad. Es algo que tienes que enseñarte a ti mismo, practicar a menudo y corregirte cuando sientas que no estás siguiendo tu camino. Cuanto más lo hagas, más fácil te resultará. Lo importante es que practiques con regularidad.

¿Cómo puedes ser más honesto contigo mismo?

1. Abraza la aceptación radical.

La «aceptación radical» es una nueva versión de la vieja idea filosófica estoica de aceptar todo exactamente como es, no como quieres que sea o como era antes. Es mirar el presente y verlo tal y como es, en lugar de aferrarse al pasado, suspirar por un presente mejor o fantasear con un futuro que puede llegar a ser.

La aceptación radical es algo asombroso que puede ayudarte a conseguir la paz en el momento y a potenciar tu autohonestidad. En lugar de poner excusas o mentirte a ti mismo sobre cómo son las cosas, alejas esos pensamientos y buscas la pura verdad de la situación.

Por ejemplo, piensa en una relación en la que llevas años. La relación empezó siendo brillante, cariñosa y apasionada, pero el brillo de la nueva relación ha empezado a desaparecer. Te dices a ti mismo que sigue siendo igual de brillante, cariñosa y apasionada porque puede que no quieras aceptar que la relación está cambiando.

Pero todas las relaciones cambian con el tiempo. Algunas evolucionan hacia una conexión más profunda y hermosa con algo de trabajo adicional. Otras se desmoronan porque uno o ambos miembros de la pareja no están poniendo el trabajo necesario para que una relación florezca de verdad.

No es bueno que ninguno de los miembros de la pareja se mienta a sí mismo o al otro sobre las emociones que provoca la relación. Ambos deben aceptar lo que es para poder trabajar en la relación o trabajar en sí mismos.

El acto de aceptación radical se puede utilizar con todos los aspectos de tu vida: trabajo, familia, aficiones, bienestar físico y mental, entre otros.

2. Tómate tiempo para reflexionar sobre tu día, todos los días.

Muchas personas no se toman el tiempo para reflexionar sobre cómo han llevado su vida durante el día. En realidad no es culpa de nadie. Simplemente estamos ocupados. ¡Tenemos cosas que hacer! Trabajos, tareas, responsabilidades familiares. Todo ello mientras navegamos por los demás aspectos de la vida que requieren atención, para que todo siga funcionando lo mejor posible.

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Pero debemos dedicar unos minutos de cada día a considerar cómo hemos actuado a lo largo de la jornada.

¿Qué hiciste bien? ¿Qué hiciste mal?

¿Tomaste buenas decisiones? ¿Tomaste malas decisiones?

¿Qué podrías haber hecho mejor?

¿Hubo algún momento en el que no actuaste en sintonía con tus verdaderos sentimientos y deseos?

¿Podrías haber hablado y defendido mejor tus intereses?

¿O fue una situación en la que hablar no fue una buena idea? ¿Qué puedes hacer para arreglar la situación? ¿Qué puedes hacer para manejar mejor la situación la próxima vez?

Parece mucho, pero en realidad sólo se necesitan unos 15 minutos por noche para examinar el día una vez que te acostumbras.

Llevar un diario puede ser de gran ayuda para ordenar tus sentimientos y acciones del día si te resulta difícil hacerlo mentalmente. Además, llevar un diario te permite volver atrás y examinar más fácilmente lo que has vivido, cómo has progresado e identificar patrones que necesitas romper.

3. Admite y asume tus errores.

Admitir cuando te equivocas es una de las mejores y más nobles cosas que puedes hacer. No por casualidad, también es una de las más difíciles. La sociedad, y a veces la familia, nos inculcan la idea de que es débil admitir que uno se equivoca. Admitir que te equivocas puede hacerte vulnerable o transmitir la idea de que no sabes de qué estás hablando.

El problema es que es exactamente lo contrario. Esconderse detrás del engaño y la mentira es débil. Y no sólo es débil, sino que además se volverá en tu contra cuando la gente descubra que estás siendo deshonesto. Las personas sospechosas y poco fiables suelen ser las que más se preocupan por ocultar la verdad porque tienen cosas que esconden. No tendrían que vivir así, con todo ese estrés, si simplemente aceptaran la verdad.

Otro gran subproducto de admitir tus errores y reconocer tus faltas es crear una reputación de honestidad con las personas con las que tratas. Cuando alguien te señala con el dedo por algo que no has hecho, puedes decir: «No he sido yo. Siempre reconozco mis propios errores y lo que hice». Y será más probable que la gente te crea porque eso es lo que les has demostrado regularmente.

Cuanto más aceptes tus fallos, más fácil te resultará aprender y crecer de ellos en lugar de agonizar por ellos. Dejarán de tener influencia sobre ti. No te excuses a ti mismo ni a nadie. Abraza la verdad.

4. Reconoce tus sentimientos.

Tus sentimientos son señales en tu viaje hacia la verdad, la paz mental y la felicidad. Tratan de indicarte un camino que tiene sentido para ti en función de tu visión del mundo. A medida que trabajes en ti mismo y en tu auto-honestidad, tus emociones harán un mejor trabajo sirviendo como esas señales porque no estarás enturbiando las aguas de tu mente con la nubosidad del engaño.

Considera cómo te hacen sentir tus experiencias y decisiones. ¿Te hacen sentir bien? ¿Te hacen sentir mal? ¿Sientes que estás haciendo lo correcto? ¿Sientes que estás haciendo lo incorrecto?

Y lo más importante: ¿por qué te sientes así? Entender por qué te sientes así te ayudará a estar en sintonía contigo mismo. Una vez que entiendas el porqué, podrás tomar decisiones diferentes y mejores sobre una situación.

Es importante pensar en las emociones como señales, algo más parecido a una guía general que a una regla rígida. La razón es que las emociones pueden ser erróneas o no reflejar con exactitud la realidad. Hacer lo correcto no siempre se siente bien. A veces puede resultar muy desagradable, incluso cuando se sabe que es lo correcto.

Algunas personas tienen problemas de salud mental que pueden alterar o torcer su paisaje emocional. Por ejemplo, la ansiedad puede hacer que todo parezca abrumador o irracional, incluso cuando no lo es. La depresión puede estrangular y amortiguar las emociones que normalmente nos ayudarían a encontrar el camino correcto. Es posible que necesites algún tiempo para averiguar si tus emociones están reflejando exactamente tu realidad o no.

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Esto puede parecer algo imposible de hacer si tienes una enfermedad mental que se mete con tus emociones de esa manera, pero aun así vale la pena hacerlo. Cuanto más practiques con tus emociones y cómo fluyen, más te familiarizarás con ellas. Cuanto más familiarizado estés, más fácil será distinguir cuándo tu enfermedad mental distorsiona tus emociones. Y entonces podrás identificar cuándo no deberías tomar decisiones o clasificarlas mucho más fácilmente.

5. Evita la morosidad y la rumiación excesivas.

Considerar tus pensamientos y sentimientos durante un rato cada día es importante para desarrollar tu honestidad contigo mismo. Sin embargo, llega un punto en el que esa consideración se cruza con el exceso de pensamientos y la rumiación.

Sólo puedes sacar provecho de algunos pensamientos concretos. En algún momento, te encontrarás dando vueltas a los mismos pensamientos en tu mente, lo que no te ayudará a ser más honesto contigo mismo.

Además, puedes acabar dándole demasiadas vueltas a la situación para convertirla en algo que no es, fijándote en detalles arbitrarios que no son realmente importantes. Una persona que busca lo suficiente los patrones negativos acabará encontrándolos, existan o no.

La rumiación es una práctica poco saludable en la que se insiste constantemente en las cosas malas o negativas. Puede ser saludable pensar en las cosas y hablar de ellas. Sin embargo, deja de ser saludable cuando utilizas esos pensamientos y sentimientos para destruirte a ti mismo, convencer a otras personas de que eres negativo o hacerte daño.

Castigarse no forma parte de ser honesto con uno mismo. Ser honesto contigo mismo es también aceptar que eres un ser humano imperfecto que cometerá errores. Todo el mundo comete errores. Todo el mundo. Nadie es tan especial que pueda evitar esta parte tan normal de la experiencia humana.

Lo que hace que las relaciones y las amistades prosperen es aceptar esos errores, solucionarlos y crecer como personas. De hecho, sortear las dificultades en las relaciones es un pegamento que ayuda a fortalecer esas relaciones. Además, ayuda a demostrar que estás dispuesto y eres capaz de trabajar en las cosas.

No todo el mundo es así.

6. Acepta que no puedes saberlo todo.

Eres un ser humano imperfecto y falible. Es imposible que lo sepas todo sobre todo. En consecuencia, vas a cometer errores basados en tu percepción de los hechos. A veces te vas a equivocar.

Y eso está absolutamente bien.

Tendrás que ser sincero contigo mismo cuando cometas esos errores. No es necesario que te excuses. No es cuestión de ser lo suficientemente inteligente o sabio. No se trata de que no seas lo suficientemente bueno. Si no sabías, pues no sabías. No intentes engañarte a ti mismo ni convencerte de que no sabías.

Esta idea es poderosa porque elimina muchos autoengaños. No pierdes el tiempo inventando excusas endebles para sentirte mejor. No estás tratando de ocultar la verdad y hacer más difícil ser honesto contigo mismo enterrándote en la falsedad.

Que no sepas algo es una razón perfectamente válida para tomar una mala decisión. Sin embargo, una vez que sabes más, puedes tomar mejores decisiones. Eso se llama crecimiento.

7. Escucha tu instinto.

Puede que ya tengas una herramienta importante para ser honesto contigo mismo: tu instinto visceral. Mucha gente siente un tirón instintivo de lo correcto y lo incorrecto en sus entrañas cuando hace algo. Hacer esa cosa puede hacerte sentir bien, o puede hacerte sentir mal. A veces, puede ser algo tranquilo e intermedio, algo más parecido a: «Oye, espera un momento…».

El ruido y el ajetreo de la vida pueden hacer que nos resulte fácil ahogar ese instinto.

En lugar de escucharla, hacemos más caso a nuestros pensamientos conscientes y a las racionalizaciones que nos inventamos para elegir hacer las cosas mal.

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«Bueno, todo el mundo lo hace…»

«¿Por qué no debería tomar X? Me lo he ganado, después de todo…»

«Debería ser un imbécil con XYZ porque fueron malos conmigo…»

Todas estas son racionalizaciones endebles que no reflejan necesariamente la realidad o la honestidad con uno mismo. Y entonces, después de que una persona toma la mala decisión, pierde más tiempo mintiéndose a sí misma diciendo que estuvo bien. Pero no está bien.

No todo el mundo siente ese instinto visceral. También es posible que no lo sientas cada vez que estés a punto de hacer algo malo o que te arrepientas. Es perfectamente posible que pienses activamente que estás tomando la decisión correcta basándote en la información que tienes.

Pero si sientes ese tirón de orejas que te dice que estás tomando una decisión equivocada o que estás haciendo algo incorrecto, es una buena idea pararse a pensar por qué tienes esa sensación.

No lo ignores, ni lo descartes, ni lo racionalices. En su lugar, escucha y ve lo que tu instinto tiene que decir.

8. Practica, practica, practica…

Aprender a ser honesto con uno mismo es un proyecto a largo plazo en el que probablemente tengas que trabajar. Es difícil romper con viejos patrones de comportamiento poco saludables que te mantienen encerrado en hábitos negativos. Es difícil deshacer esos hábitos de mentirte a ti mismo o encubrir tus malas decisiones.

Pero no pasa nada. Todo lo que necesitas hacer es practicar, practicar, practicar y practicar un poco más. Cuanto más ejercites esos músculos aceptando la verdad, más fácil te resultará.

También descubrirás que tu calidad de pensamientos, tu tranquilidad y la paz en tu vida también mejoran.

El engaño supone mucho estrés y trabajo, sobre todo cuando tratas de ocultar los hechos a ti mismo.

Una vez que sueltas eso, liberas esa energía mental y emocional para cosas más positivas o simplemente para ser. No hay que agonizar por una verdad que no quieres aceptar ni buscar excusas para tus malas decisiones. Simplemente acepta la verdad y abrázala, sin importar lo dolorosa que sea. Eso te da más libertad de la que puedes imaginar.

¿Todavía no estás seguro de cómo ser completamente honesto contigo mismo? Hablar con alguien puede ayudarte a abordar y solucionar este problema. Es una forma estupenda de sacarte los pensamientos y las preocupaciones de la cabeza para poder trabajar en ellos.

Un terapeuta suele ser la mejor persona con la que puedes hablar. ¿Por qué? Porque están formados para ayudar a personas en situaciones como la tuya. Pueden guiarte y ayudarte a llevar una vida más honesta que encaje con tus creencias y tu moral.

Un buen lugar para obtener ayuda profesional es el sitio web BetterHelp.com – aquí, podrás conectar con un terapeuta por teléfono, vídeo o mensaje instantáneo.

Aunque intentes resolverlo por ti mismo, es posible que el problema sea mayor de lo que la autoayuda puede resolver. Y si está afectando a tu bienestar mental, a tus relaciones o a tu vida en general, es algo importante que hay que resolver.

Demasiadas personas intentan salir del paso y hacer todo lo posible para superar problemas que nunca llegan a resolver. Si es posible en sus circunstancias, la terapia es 100% el mejor camino a seguir.

La terapia en línea es una buena opción para muchas personas. Es más cómoda que la terapia presencial y, en muchos casos, más asequible. Además, tienes acceso al mismo nivel de profesionales cualificados y con experiencia.

Haga clic aquí si quiere saber más sobre el servicio que ofrece BetterHelp.com

y el proceso para empezar.

Usted ya ha dado el primer paso con sólo buscar y leer este artículo. Lo peor que puede hacer en este momento es no hacer nada. Lo mejor es hablar con un terapeuta. Lo siguiente mejor es poner en práctica todo lo que has aprendido en este artículo por ti mismo. La elección es tuya.

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