Cómo una mentalidad de crecimiento revolucionará tu vida (y cómo desarrollarla)

árbol con forma de cerebro para significar una mentalidad de crecimiento

A finales de la década de 1980, una investigación en las escuelas llevó a la Dra. Carol Dweck y a sus colegas a una conclusión fascinante, que ha revolucionado por completo la forma en que pensamos sobre el funcionamiento de nuestras mentes.

Si nunca has oído hablar del concepto de mentalidad de crecimientolo que vas a leer puede cambiar tu forma de verte a ti mismo y al mundo para siempre. No exagero.

Una breve mirada a los hallazgos

La investigación comenzó cuando la Dra. Dweck quiso averiguar cómo afrontaban los niños los retos y las dificultades.

Se dio cuenta de que mientras algunos niños se recuperaban de pequeños fracasos y contratiempos, otros se los tomaban a pecho y su rendimiento futuro se veía afectado.

Tras estudiar el comportamiento de miles de niños, la Dra. Dweck llegó a la conclusión de que, en lo que respecta a las creencias sobre la inteligencia y el aprendizaje, los seres humanos tienen una mentalidad de crecimiento o una mentalidad fija.

Si tienes una mentalidad de crecimiento, significa que percibes las cosas que te ocurren con la creencia de que tus talentos no son fijos, sino fluidos.

Crees que mediante el trabajo duro, la dedicación y pidiendo ayuda a los que te rodean, puedes mejorar tu inteligencia y tu capacidad para aprender nuevas habilidades.

No te preocupa lo que puedan pensar los demás cuando experimentas un contratiempo, ya que lo ves como algo normal y una parte natural del proceso de aprendizaje. Pones tu energía en aprender y no en preocuparte.

En cambio, si tienes una mentalidad fija, crees que has nacido con tus dones y talentos y que no puedes hacer nada para cambiarlos. O eres inteligente por naturaleza, o no lo eres, y ningún esfuerzo puede cambiar la situación.

Eso significa que estás menos motivado para esforzarte. Tu prioridad es simplemente evitar el fracaso, y sabes que aprender algo nuevo implicará contratiempos.

No es sólo para los niños

Aunque la investigación se llevó a cabo originalmente en niños en edad escolar, se ha reconocido que estas mentalidades nos siguen en la edad adulta y pueden afectar a nuestra vida profesional e incluso a nuestra vida personal.

Te puede interesar:  6 consejos que realmente funcionan

Estas mentalidades no se limitan a la forma en que adquirimos los conocimientos, sino que pueden aplicarse también a los rasgos de nuestra personalidad. Si estamos convencidos de que hemos nacido de una determinada manera, como antisocial o tímido, y eso es todo, entonces, bueno, eso será todo.

Pero si aceptamos la idea de que, con un poco de esfuerzo, podemos crecer y evolucionar y moldearnos, entonces podemos lograr un cambio que nunca creímos posible.

La educación y el aprendizaje no terminan en el momento en que se deja la escuela o la universidad. La vida es una larga lección, y si no estamos abiertos a aceptar e incluso dar la bienvenida al fracaso como señal de que estamos avanzando, entonces podemos estancarnos.

Si puedes entrenarte para percibir el mundo con una mentalidad de crecimiento y posibilidad, te sorprenderán los beneficios que desbloquearás en tus relaciones, tu carrera, tu felicidad y tu salud. A continuación se presentan algunos de ellos.

Los beneficios de una mentalidad de crecimiento

1. Puedes alimentar tus relaciones

La Dra. Dweck señaló que la mentalidad de crecimiento puede marcar una gran diferencia en todo tipo de relaciones.

Una persona con una mentalidad fija espera que una relación romántica sea perfecta, y se niega a aceptar la idea de que una relación exitosa requiere trabajo. Para ellos, eso significaría que es fatalmente defectuosa.

Si creen que todos venimos a este mundo completamente formados e incapaces de aprender y adaptarse, entonces, lógicamente, también creen que una relación que no es perfecta siempre lo será.

Quieren que su amante les coloque firmemente en un pedestal, y ven cualquier desacuerdo como algo desastroso en lugar de natural e inevitable.

Sin embargo, alguien con una mentalidad de crecimiento entiende que dos personas que se unen siempre tendrán sus diferencias.

Entienden que una relación implica que ambas partes aprendan sobre la otra y crezcan juntas, desarrollando las habilidades que necesitan para trabajar bien como equipo.

Esto no sólo ocurre con las relaciones románticas. Las relaciones platónicas y familiares también necesitan ser trabajadas y alimentadas, algo que a una mentalidad fija le cuesta comprender.

2. Te juzgas menos a ti mismo y a los demás

Si tenemos una mentalidad fija, nuestro reflejo es siempre juzgar y evaluar las cosas que suceden a nuestro alrededor.

Todo lo que sucede se utiliza para evaluar cosas, como si somos o no una buena persona o si lo estamos haciendo mejor que la persona de la mesa de al lado.

Una mentalidad de crecimiento no tiene tiempo para perderlo en proclamar juicios o en lo que hacen los demás; está demasiado ocupada centrándose en cómo puede progresar.

3. Te nutres de la crítica constructiva

Hay pocas habilidades más valiosas que ser capaz de aceptar la crítica constructiva y utilizarla como plataforma de crecimiento. Si puedes ver las críticas como una oportunidad para mejorar en lugar de tomártelas a pecho, no habrá quien te pare.

Te puede interesar:  15 verdades que le ayudarán a superar el miedo a ser juzgado

Del mismo modo, una mentalidad de crecimiento significa que no necesitas una validación constante que te asegure que estás haciendo las cosas bien.

También te puede gustar (el artículo continúa más abajo):

4. Te relajas y disfrutas del viaje

Si siempre te preocupas por el fracaso, nunca te divertirás.

Como dice Dweck: «No tienes que pensar que ya eres genial en algo para querer hacerlo y disfrutar haciéndolo».

Como lo que te interesa es la parte del aprendizaje, no importa si tienes éxito o no; puedes seguir pasándolo bien dándole una oportunidad.

Eso significa que puedes probar nuevos deportes o nuevas aficiones sin una pizca de vergüenza por tu falta de destreza, abriendo las puertas a todo tipo de formas de disfrutar que no sabías que existían.

5. Primero abordas la tarea más difícil de tu lista de cosas por hacer

Los que tenemos una mentalidad fija destacamos en la procrastinación. Marcaremos todas las cosas fáciles de nuestra lista de tareas, las que podemos hacer con los ojos cerrados. Y posponemos cualquier cosa que requiera un mínimo de pensamiento o esfuerzo porque nos preocupa no estar a la altura del desafío.

En cambio, las personas con una mentalidad de crecimiento disfrutan con los retos. Se lanzan directamente a la tarea más difícil de su lista, disfrutando de la oportunidad de aprender algo nuevo y mejorar sus habilidades y conocimientos. Una mentalidad de crecimiento puede hacer maravillas para la productividad.

6. Deja de estresarse

Con una mentalidad fija, la atención se centra constantemente en el éxito. No puedes dejar de lado tus estándares y siempre tienes que ser perfecto por lo que crees que un error diría de ti.

Cuando miras el mundo a través de los ojos de una mentalidad fija, un mal resultado en un examen te define para siempre. Si esa es tu forma de ver las cosas, el estrés es inevitable.

Imagínate lo relajado que te sentirías si dejaras de preocuparte. Con una mentalidad de crecimiento, tu único objetivo es mejorar, sin preocuparte por lo que piensen los demás. Liberación.

7. Disminuyes el riesgo de experimentar depresión

Se ha demostrado en varios estudios que mirar la vida a través de la lente de una mentalidad fija puede aumentar su riesgo de depresión.

Es lógico, si lo piensas, ya que te tomas cualquier contratiempo mucho más en serio. Puedes empezar a cuestionar tus capacidades e incluso quién eres como persona.

Te puede interesar:  7 cosas que hacer cuando te aburres

Con una mentalidad de crecimiento, ya no esperas la perfección, por lo que no serás tan propenso a experimentar ansiedad y depresión cuando falles.

8. Obtienes más perspectiva

Con una mentalidad de crecimiento, puedes apreciar el hecho de que la ruptura de una relación o un mal resultado en un examen no definen quién eres como persona o significan que el mundo se acaba.

Sabes que tu inteligencia no se resume en un número y que tu autoestima no depende de si tu relación resiste o no el paso del tiempo.

9. No tienes miedo de soñar en grande

Si tu mentalidad fija está centrada en la puntuación de tu próximo examen o en la preocupación general por tu rendimiento en eventos individuales, nunca te atreverás a soñar.

Una mentalidad fija tiene miedo de poner las miras demasiado altas porque sólo piensa en lo que queda por caer.

Una mentalidad de crecimiento es capaz de centrarse en el objetivo final y no deja que los contratiempos individuales le desvíen del camino.

Una mentalidad de crecimiento tiene la confianza de disparar a las estrellas, sin saber exactamente dónde acabará.

¿Listo para inscribirse?

Suena bien, ¿verdad? Nadie va a tener nunca una mentalidad de crecimiento completa en todas las áreas de su vida, pero a través del esfuerzo y la determinación, puedes liberarte poco a poco de tu constrictiva mentalidad fija.

La clave para cambiar tu forma de pensar es ir poco a poco. Al igual que no puedes levantarte del sofá mañana y correr una maratón, no puedes esperar que tu cerebro funcione de una manera para la que no ha sido entrenado.

El primer paso es reconocer si una mentalidad fija domina tu vida. Para ello, debes hacer un seguimiento de tu comportamiento y tus pensamientos.

Lo más probable es que ya tengas una buena idea de si tiendes más a una mentalidad fija o a una mentalidad de crecimiento, pero llevar un diario -con un enfoque en la forma en que respondes a los problemas y contratiempos-

es una gran manera de identificar la forma en que funciona tu cerebro en ciertas situaciones.

Una vez que hayas tomado conciencia de tus patrones de pensamiento, intenta atraparte cada vez que empieces a tener pensamientos de mentalidad fija.

Cuando una situación difícil se impida, esfuérzate deliberadamente por responder de un modo que te permita crecer y aprender.

Registra tus éxitos en tu diario. Olvida los fracasos. Recuerda que se trata de crecer.

Otra buena táctica es intentar fomentar una mentalidad de crecimiento en otras personas, ya sean niños o adultos. Céntrate en el esfuerzo que hacen y en las estrategias que utilizan cuando los elogies, en lugar de destacar su inteligencia o sus habilidades «naturales».

Cuanto más ayudes a los demás, más te ayudarás a ti mismo.

Por – Última actualización: 25 de enero de

2021También te puede gustar


Ezoic

Deja un comentario