Cómo vivir el momento presente: 13 consejos sin tonterías

joven con gotas de lluvia en el pelo y la cara viviendo el momento

Aprender a vivir en el momento presente es un aspecto importante del crecimiento personal y del descubrimiento espiritual.

El consejo de «estar en el ahora», o alguna variación del mismo, puede encontrarse en muchos artículos, libros y vídeos.

El momento presente se presenta como una solución a muchos de los problemas de la vida. Puede ser para curar nuestras heridas emocionales, liberar nuestra mente creativa, mejorar nuestras relaciones interpersonales o liberar nuestra tensión y estrés. Estar en el momento se considera una solución fácil para casi todo.

Sin embargo, a menudo se omite el «cómo». Sólo se nos dice que estemos presentes, y punto. Es fácil, ¿verdad?, así que no hace falta ninguna otra instrucción.

Pues… no. Si fuera tan fácil, todos lo haríamos. No necesitaríamos que nos dijeran que lo hiciéramos. Sería la norma.

En cambio, una persona típica pasará gran parte de su vida de vigilia en un lugar y tiempo muy lejanos, mentalmente hablando, al menos.

Sus mentes estarán llenas de parloteo. Los pensamientos se desbordan. El momento presente se les escapa.

Entonces, ¿cómo podemos entrar y permanecer en el momento presente?

Empecemos con una definición.

Qué significa vivir en el momento presente

Vivir el momento presente no significa vaciar la mente de todos los pensamientos. Significa concentrarse en lo que estás haciendo para no ser consciente del paso del tiempo. Cuando vives el momento, no te das cuenta de que el minutero pasa porque estás conscientemente absorto en la acción.

Y no hace falta estar sentado en silencio y quieto para experimentar el ahora. Creer que la meditación u otras actividades tranquilas son los únicos portales hacia el momento presente es un error que comete mucha gente.

Sí, la acción en la que te concentras puede ser tu respiración o la observación del mundo natural que te rodea, pero también puede ser una multitud de otras cosas.

Otro mito sobre estar en el momento presente es que no debes pensar en el pasado o en el futuro. De hecho, si la tarea en la que te centras es aprender de los acontecimientos pasados para planificar los futuros, estás estando presente.

La clave está en no invertir emocionalmente ni en el pasado ni en el futuro. Puedes considerar que el pasado es información, conocimiento, experiencia, y que el futuro no es más que una proyección de posibilidades.

Ahora que hemos sacado esto adelante, veamos algunas formas de estar más presente en el momento.

1. Piérdete en el flujo

Hay muchas maneras de vivir el momento presente. El tema común es la atención concentrada.

Cuando prestas toda tu atención a algo, induces un estado de flujo. El flujo es una condición en la que tu mente consiste en una serie ininterrumpida de momentos, ya sea de pensamientos dirigidos o de no pensamientos.

Los pensamientos dirigidos son los que se relacionan directamente con la tarea que se está realizando, suponiendo que haya una.

Cuando practicas un deporte de competición o un instrumento musical, por ejemplo, estás concentrado en estas cosas. Puedes estar pensando, planificando, elaborando una estrategia, pero está orientada a lo que estás haciendo.

El no-pensamiento es lo que la mayoría de la gente imagina cuando piensa en vivir el momento. Es cuando tu mente está vacía del tipo de pensamientos «yo» que a menudo flotan en nuestra cabeza.

Tu mente está activa en un estado de no-pensamiento, pero es impersonal. Tus sentidos siguen enviando señales a tu cerebro y tienes que digerir y descifrar esas señales, pero no estás «hablando» en tu mente.

Te puede interesar:  "No soy bueno en nada" – 10 formas de superar este sentimiento

Un autor, escribiendo su próxima novela, perdido en su mundo imaginario, está en un estado de flujo.

Un programador de ordenadores, inmerso en miles de líneas de código, está en estado de flujo.

Un carpintero, que toma medidas meticulosamente y trabaja la madera para darle la forma deseada, ha entrado en un estado de flujo.

Una monja budista experta, meditando al son de un cuenco, está en flujo.

Aunque sólo el último de estos individuos está sentado en un estado de no-pensamiento, todos están viviendo el momento a su manera.

2. Aprender algo nuevo

Una de las formas más fáciles de entrar en un estado de flujo es aprender algo nuevo. No importa lo que sea, siempre que requiera tu atención.

Ten en cuenta que, una vez aprendidas, muchas cosas dejan de ser puertas al presente porque eres capaz de hacerlas en piloto automático.

Por ejemplo, conducir un coche; durante el proceso de aprendizaje, tienes que prestar toda tu atención a lo que estás haciendo. Una vez que se domina, se puede dirigir, cambiar de marcha, comprobar los espejos y ajustar la velocidad sin pensar.

La responsabilidad recae en el aprendizaje continuo de toda la vida que desafía a tu mente para que tenga que permanecer concentrada y alerta.

3. Eliminar el reloj

No ser consciente del paso del tiempo es clave a la hora de vivir el ahora. Si miramos el reloj, no nos centramos en lo que estamos haciendo. Estamos preocupados por el tiempo que nos queda en un periodo determinado. Sólo ignorando el tiempo podemos aprender a estar presentes en el momento.

Un trabajador que se aburre y mira constantemente la hora no puede prestar toda su atención a lo que está haciendo. Como resultado, le resulta más difícil mantener su estado de flujo y su día se alarga.

Por otro lado, un trabajador que tiene que cumplir un plazo y que tiene un ojo puesto en el reloj también tendrá dificultades para mantenerse en estado de flujo. Se dará cuenta de que el plazo llega antes de lo que esperaba.

Un trabajador que agacha la cabeza y se olvida de la hora que es puede permanecer centrado en el momento presente y en la tarea que tiene entre manos. Conseguirá hacer todo lo posible en el día, tanto si se cumple el plazo como si no. El tiempo no parecerá pasar ni lento ni rápido para ellos.

4. Anclarse a través de los sentidos

Cuando no vives el momento, descubrirás que tus sentidos están embotados. Tu cabeza está llena de pensamientos del pasado y del futuro, y no puedes concentrarte en dos cosas a la vez.

Piensa en cuántas veces has ido a algún sitio con la cabeza llena de pensamientos y no has recordado nada de tu viaje. No lo recuerdas porque no has experimentado tus sentidos de la vista, el sonido y el tacto.

Podemos utilizar esto a nuestro favor para devolver nuestra atención al momento presente. Si nos centramos en nuestros cinco sentidos, los pensamientos del pasado o del futuro no pueden apoderarse de nuestra mente.

Siéntate en un parque en un cálido día de verano y siente el calor del sol en tu piel. Come una naranja lentamente y experimenta el intenso sabor mientras los jugos fluyen sobre tus papilas gustativas.

Escucha los ruidos del mundo: los pájaros, los coches, el bullicio de la vida. Entra en una panadería y huele sus maravillosos aromas. Sube a una colina y contempla la tierra que hay debajo.

Haz estas cosas con un sentido de propósito y hazlas en cada oportunidad. Haz que forme parte de tu rutina diaria centrarte en lo que puedes ver, oír, saborear, oler y tocar.

También te puede gustar (el artículo continúa más abajo):

Te puede interesar:  "Quiero que a todos les guste"

5. Observar los pensamientos caprichosos

¿Qué debes hacer cuando estás intentando vivir el momento y tu cabeza se llena de algún que otro pensamiento?

Recuerda que no todos los pensamientos son un estorbo. Si el pensamiento está relacionado con lo que estás haciendo, no hay necesidad de hacer nada. Si el pensamiento es otra cosa -algo nacido del pasado o del futuro- lo primero que hay que hacer es darse cuenta de que estás teniendo ese pensamiento.

Esto puede sonar un poco extraño; ¿cómo se observa la mente consciente si no es con la mente consciente?

Respuesta: no lo haces. Tu mente consciente es autoconsciente. Puede sorprenderse a sí misma pensando en algo y reconocer que este pensamiento ocurrió.

Piensa en esto: puedes «oír» tu voz interior, ¿verdad? Tiene un sonido distintivo. Pero para oír un sonido, tiene que tener una fuente y un receptor.

En el mundo exterior, los sonidos provienen de otras cosas y son recibidos por el oído antes de ser procesados en el cerebro.

Si puedes oír tu voz interior, debe haber alguna distinción entre la voz en sí y la entidad que la oye. Esta entidad es tu mente observadora; una parte de tu mente consciente que es capaz de mirar otros pensamientos y comprender que son sólo pensamientos.

¿Cómo ayuda esto?

Bueno, si se lo permites, esta entidad observadora puede ayudarte a soltar tus pensamientos.

Cuando reconoces tus pensamientos por lo que son, te sientes menos obligado a seguir pensándolos.

Observar un pensamiento significa comprender que es un producto de tu mente. Esto devalúa el pensamiento, dándole menos importancia y haciendo que sea más fácil apartarlo.

Ser capaz de atraparte en el acto de pensar es una habilidad clave que debes aprender y perfeccionar si quieres vivir en el momento presente.

Por ejemplo, la meditación. Para un principiante no es fácil mantenerse en ella y los pensamientos entran fácilmente en la mente.

Sin embargo, en cuanto te das cuenta de que te has sumido en tus pensamientos, es sorprendente la rapidez con la que éstos cesan. Puede que vuelvan una y otra vez, pero cada vez que te das cuenta, tu mente pierde el interés en ellos.

6. No luches contra tus sentimientos

Estar en el momento no significa estar desprovisto de sentimientos. Puedes estar triste o feliz o cualquier otro sentimiento y seguir estando presente contigo mismo y con los demás.

De hecho, la felicidad rara vez es un sentimiento que asociemos con otra cosa que no sea estar en el momento.

Son las emociones negativas las que asociamos con perderse en los pensamientos, y eso es porque buscamos una solución para aliviar el sentimiento.

No buscamos acabar o aliviarnos de los sentimientos positivos, así que no tenemos que pensar en ellos de la misma manera.

Pero cuanto antes hagas las paces con tus sentimientos negativos como lo haces con los positivos, antes los aceptarás por lo que son y dejarás de pensar en ellos.

No te castigues por sentir algo; no eres débil ni estúpido por tener y mostrar emociones. Tratar de rechazarlas y reprimirlas es buscarse problemas a largo plazo.

Permítelas; tu mente inconsciente las resolverá con el tiempo; no es necesario que trates de acelerar el proceso pensando en lo que las causó.

Para dominar cómo vivir el momento, debes dejar de insistir en el control total de tu vida. Sí, podrás controlar los acontecimientos hasta cierto punto y dar forma a tu propio presente y futuro, pero hay toda una serie de cosas sobre las que no tendrás control.

Tienes dos opciones: resistirte a estas cosas e intentar imponer tu voluntad sobre ellas, o aceptar su presencia.

La primera te aleja del momento, mientras que la segunda te mantiene en él.

Resistirse a las cosas que están fuera de tu control te obliga a participar en un proceso de pensamiento que no tiene sentido. Es posible que busques una forma de obtener el control (lo cual es inútil), o que te lamentes de los acontecimientos y te enfades.

Te puede interesar:  Cómo concentrarse mejor que nunca: 7 sencillos trucos

Al aflojar tu agarre y dejar que las cosas que están fuera de tu control sean como son, no pones barreras mentales al ahora.

8. Deja de prepararte para el siguiente momento

Para estar presente en este momento, debes olvidarte del siguiente. Muchas personas están atrapadas en la preparación mental del siguiente momento y se olvidan de disfrutar de éste.

No prestan atención al momento presente, sino que dedican todo su tiempo a pensar en el futuro próximo.

«La pregunta que se hacen es «¿Qué es lo siguiente? No quieren verse atrapados por los acontecimientos futuros, pero las cosas que les preocupan suelen ser tan triviales que no merecen ser pensadas.

Estos pensamientos deben ser observados, tal y como hemos hablado antes, para poder desarmarlos.

Cuatro cosas que no hay que hacer y una que sí hay que hacer para vivir el momento

Para completar nuestra guía, exploraremos algunas de las cosas que no debemos hacer cuando se trata de estar en el ahora, junto con una cosa que es vital.

No lo conviertas en tu objetivo final – esto puede sonar un poco contraintuitivo, pero no hay necesidad de pensar o decir: «Voy a vivir en el momento hoy».

»

Encontrarse en el ahora es el resultado de la acción. Esa acción puede ser la meditación trascendental, abrazar la compañía de los amigos o tocar un instrumento musical.

El objetivo que debes fijarte es realizar más actividades que den lugar a un estado de flujo.

No lo intelectualices

: cuanto más intentes pensar en el momento presente, más se te escapará.

Recuerda que el ahora no se encuentra en tu mente, sino a tu alrededor, en las cosas que haces.

Tampoco debes tratar de calificar el grado de atención y presencia que tienes en un momento dado. En cuanto te encuentres pensando en lo bien que lo estás haciendo, lo habrás perdido.

No pongas límites de tiempo al momento

presente: puede que pienses que «vivir en el ahora» es algo que tienes que hacer durante largos periodos de tiempo. Pero no es así.

El ahora es el momento eterno. Si sólo consigues encontrarlo durante 10 segundos, esos 10 segundos son mejores que nada. Puede ser agradable permanecer en el presente el mayor tiempo posible, pero no subestimes el efecto positivo que puede tener un periodo corto. Y no te regañes si sólo puedes hacer breves incursiones en el ahora.

No pienses que vivir en el momento resolverá todos tus problemas

: puede que te encuentres más tranquilo cuando tu mente esté libre de preocupaciones, pero esta paz no es una solución universal para los retos a los que te enfrentas.

Aunque puede ser bueno para tu bienestar emocional perderte en el momento presente de forma regular, no debes utilizarlo como una forma de escapismo para evitar afrontar tus problemas.

Descubrirás que la acción necesaria para abordar un problema puede ser incluso una puerta hacia el ahora; es la preocupación y el pensar demasiado en un problema lo que nos aleja de él.

Practica, practica, practica

: aunque no es necesario que te pongas como objetivo vivir en el momento presente, deberías intentar practicar la entrada en él tanto como puedas.

Estar en el flujo es algo que puede convertirse en un hábito. Cuanto más lo consigas, más fácil te resultará y más natural te resultará hacerlo.

Esto se debe a que las vías neuronales de tu cerebro cambiarán a medida que practiques. Reforzarás las conexiones que promueven el estar en el momento, mientras debilitas las que conducen al pensamiento compulsivo.

Así que, estés donde estés, busca una actividad que te lleve al momento presente. Ya sean simples ejercicios de respiración, yoga, aprender algo nuevo, perderse en la música o cualquier otra cosa.

– Última actualización: 16 de junio de

2021También te puede gustar


Ezoic

Deja un comentario